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Me describo como un tipo común y corriente, sincero, humilde, auténtico, original, carismático, con sentido del humor, etc. Tengo mis ideas súper claras, en resumen creo ser una buena persona que no anda aparentado ser lo que no es. Soy una persona tan común y corriente como cualquiera de ustedes, con las mismas debilidades y errores. Al igual que la mayoría, también me cuesta orar y leer la Biblia, pero siempre hago el esfuerzo por intentar llevar una vida de integridad en obediencia a Dios. Mi vida es el ministerio y el ministerio también es mi vida, no podría separarlos jamás. Yo soy esto, soy un hombre común y corriente que sirve al Señor. La única diferencia con algunos otros, es que lo muestro, nada más. No trato de ser correcto, ni de hacerme el espiritual. En todo caso, soy espiritualmente normal.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Entre la Dirección Divino y lo Humano: Las cualidades que se miden para el cargo versus los rasgos que son bíblicos.

Hoy en día nos encontramos con una gran confusión, y muchas veces decimos “Dios lo puso en este cargo”, o estos puestos fueron designados bajo la “DIRECCIÓN DIVINA” para elegir o seleccionar a un hermano para un cargo determinado. Pero a veces dichos parámetros están fuera de los principios bíblicos, por esa razón muchas veces existen fracasos en la iglesia, con jefes incompetentes, guías mediocres y oficiales ineptos. A continuación presento tres métodos a la hora de elegir a un líder eclesiástico:

a) Elección Humana de acuerdo a la conveniencia:

Y muchas veces se miden ciertas cualidades para designar un cargo. La gran mayoría de fija en cualidades externas como son el intelecto, el conocimiento, la solvencia económica, la relación familiar y los vínculos sociales. El poco cuidado en saber elegir correctamente a los líderes eclesiásticos ha producido que “gente inescrupulosa” este actualmente en las altas esferas de la política eclesiástica, gobernando y dirigiendo lo que es la iglesia cristiana.

Muchas de estas personas que purgan por llegar a ocupar altos cargos, son los hombres que no aman la iglesia de Cristo,  son los que predican como dijo el apóstol Pablo: “por “disensiones”, “por vanaglorias”, y “por ganancias deshonesta”. Gentes que son calculadores, manipuladores, truhanes, sinvergüenzas y descarados, apuestan al juego de la estrategia y generalmente consiguen lo que quiere. No me es de extrañar que mucha de esa gente este actualmente en una posición de liderazgo en la iglesia. Si no tenemos cuidados con ellos, terminarán por provocar los escándalos del futuro, por no haber priorizado los principios bíblicos por sobre las cualidades personales.

Lamentablemente tenemos hechos vergonzosos de autoridades eclesiásticas (llámese pastor, oficial o guía de clase) que han terminado con problemas con la justicia, conflictos entre hermanos y a algunas veces provocando divisiones al interior de la iglesia. Las consecuencias de esto es el daño irreparable que ocasiona entre los hermanos, algunos terminan por desertar, ya que se han desilusionado de comunidad y finalmente familias completas se pierden.


b) Elección humana de acuerdo a los principios Bíblicos:

En la Biblia podemos ver claramente que la ordenación de líderes consistía primariamente en la selección de individuos de madurez y carácter puestos a prueba, para dirigir de modo que toda la iglesia pudiera funcionar efectivamente en adoración, servicio, evangelización y en el desempeño de los dones espirituales individuales.

Estos rasgos que deben poseer los líderes de la iglesia están cuidadosamente bosquejados en los versículos de Hechos 6:3, 1° Timote 3:1-13 y en Tito 1:5-9. Se menciona más de una docena de cualidades significativas que se espera posea el líder, las cuales deben ser evaluadas de acuerdo a la ética y la moral, sostenida y comprobada. Estos rasgos lo podemos dividir en:

a)      La Preparación Espiritual: Que sea llenos del Espíritu y de Sabiduría, apto para enseñar, no un neófito, que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia y que sea retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada.
b)      El Autocontrol: Que sea apacible, sobrio,  prudente,  no soberbio,  no iracundo y dueño de si mismo.
c)      La Buena Disposición Social: Que sea hospedador y amable.
d)      El Orden Doméstico: Que gobierne bien su casa,  que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad  y que sus hijos creyentes no estén acusados de disolución ni de rebeldía.
e)      Un Vivir Santo: Que sean de buen testimonio, irreprensible,  honesto, justo, santo, decoroso,  sin dobles, amante de lo bueno, no pendenciero,  no codicioso de ganancias deshonestas, no calumniadoras y fieles en todo.

Ser líder de la iglesia es una gran responsabilidad porque la iglesia pertenece al Dios viviente. Los líderes de la iglesia no deberían ser elegidos por su popularidad. Tampoco se les debería permitir que pugnen por llegar a la cima. Ellos deberían ser elegidos por la iglesia porque respetan la verdad, tanto en lo que creen como en la forma en que viven

La lista de las cualidades para ser un líder dentro de la iglesia indica que vivir una vida irreprochable requiere gran esfuerzo y autodisciplina. A veces, los obreros cristianos cometen el error de pensar que su trabajo es tan importante que se justifica el ignorar a sus familias. El liderazgo espiritual, sin embargo, debe empezar en casa.

Los nuevos creyentes deberían tener un lugar de servicio pero no deberían ocupar puestos de liderazgo mientras no se hallen enraizados firmemente en su fe, con un sólido estilo de vida cristiana y conocimiento de la Palabra de Dios. Un “neófito” o recién convertido a la fe no podrá tener normalmente la ciencia y autoridad necesarias para regir la comunidad. El apóstol Pablo aconseja a Timoteo que pruebe primero a los que tienen el llamado a servir, o sea que Timoteo debe realizar investigación completa y exhaustiva, observando  bien antes su conducta para ver si son dignos de tal cargo.

Para finalizar debemos entender que no sólo es importante el buen testimonio, es fundamental la dependencia de Dios (llenura del Espíritu) y la sabiduría. No olviden que Aquel que nos llama al servicio en su obra, nos limpia (cuidado con llamar inmundo lo que Dios limpio) capacita (Él da su gracia) y perfecciona (es evidente que hay falencias), debemos orar para que Dios dé la visión necesaria a quienes deben tomar las decisiones de "buscar". 


c) Llamamiento Divino:

Es impresionante cuando leemos la  Biblia y nos damos cuenta de la gran cantidad de "lideres" que en momento circunstancial Dios los utilizó para un propósito determinado. Por ejemplo encontramos a libertadores, profetas, sacerdotes, reformadores, reyes, discípulos, apóstoles, etc. Todos ellos tienen diferentes experiencias tanto en su llamado a ejercer el liderazgo como aquellos que asumieron el papel impulsados por su propia voluntad. Así que es imposible encasillar o establecer una metodología de como deben ser o que características deben tener, pues esta determinado por el ejercicio del ministerio que realizarán de acuerdo al propósito de Dios.

Si analizamos el pasado de aquellos hombres, veremos que no tenían ninguna cualidad "eclesiástica", por decirlo de algún modo, para tomar una posición de liderazgo. Pero Dios es tan maravilloso, que a pesar de todas las imperfecciones humanas, el dice: "Ve porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre... (Hechos 9:15)","no me elegisteis vosotros a mi, sino que yo os elegí a vosotros… (Juan 15:16)".

Por que los parámetros de elección de Dios muchas veces no son según los criterios humanos, sino para que la gloria de Dios se manifieste, la Biblia dice: "sino que lo necio del mundo escogió Dios,  para avergonzar a los sabios;  y lo débil del mundo escogió Dios,  para avergonzar a lo fuerte… (1° Corintios 1:27)". Muchas veces nosotros priorizamos las cualidades y aptitudes externas, pero Dios no mira esa, el dice: “No mires a su parecer,  ni a lo grande de su estatura,  porque yo lo desecho;  porque Jehová no mira lo que mira el hombre;  pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos,  pero Jehová mira el corazón… (1° Samuel 16:7)”.


d) Disposiciones finales:

Debemos tener claro que Dios tiene un propósito para nuestra vida, quizás podemos tener el llamamiento y la unción, pero debemos saber esperar el tiempo de Dios, muchas veces Dios necesita capacitarnos y probar nuestro carácter,  para que nosotros realmente aprendamos a no confiar en nuestra capacidades. Él nos dice: “Bástate mi gracia;  porque mi poder se perfecciona en la debilidad. (2° Corintios 12:9)”.

La Biblia menciona muchos ejemplos de varones que tuvieron que pasar un periodo de prueba para poder estar aptos para cumplir  el propósito de Dios, los casos que más se destacan es el llamado de Moisés y del rey David. Dios trabajó con su carácter y en el futuro llegaron a ser grandes hombres, Moisés se convirtió en el gran libertador de Israel y David fue el rey más exitoso en la historia de Israel.

Debemos confiar en Dios, para ser eficaces, antes que en una energía, esfuerzo o talento. Cuando nuestras habilidades son sobresalientes o nuestros recursos son considerables, somos tentados a realizar la obra de Dios a nuestra manera, y eso conduce al orgullo. Cuando estamos conscientes de nuestra debilidad y permitimos que Dios nos llene con su poder, entonces llegamos a ser mucho más fuertes de lo que pudimos haber sido jamás dependiendo de nosotros mismos. 

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