Primero que todo quiero dejar en claro que esto no es un estudio profundo, tampoco un análisis teológico de doctrinas, es solo una opinión sobre un tema que me parece preocupante y que merece un poco más de preocupación. Llevamos cien años de pentecostalismo en Chile, y aun así, tenemos arraigados algunos gérmenes del catolicismo. Por ejemplo tenemos dogmas y tradiciones que no tienen ningún fundamento en la Palabra de Dios, sino en la doctrina católica y que hoy en día las seguimos aplicando como principios de nuestra fe. Al igual que el catolicismo nuestro fundamento doctrinario es derivadas de las Escrituras complementada por la tradición, la experiencia personal y el razonamiento. En teología también somos Arminianos, aunque los pentecostales seguimos esta teología con un énfasis en el perfeccionismo y la santidad. A continuación presentaré algunos puntos en los cuales planteo de forma superficial, sin una profundidad teológica, para que nos demos cuenta de algunas falencias. Pero que obviamente haciendo un análisis más profundo podremos observar realmente lo erróneo de dichos dogmas.
a) La Inquisición Pentecostal:
La Inquisición fue establecida, como un instrumento para acabar con la herejía. Se exigía a los obispos que interviniesen activamente para extirpar la herejía y se les otorgaba la potestad de juzgar y condenar a los herejes de su diócesis. Su principal tarea fue desmantelar y atacar a las organizaciones, corrientes de pensamiento y posturas religiosas que socavaran la integridad de la fe católica, y examinar y proscribir los libros que se considerasen ofensivos para la ortodoxia.
La inquisición Pentecostal se sustenta en dos versículos bíblicos, en Romanos 13:1 y en 1° Juan 2:19, El primero habla sobre el “sometimiento” y el segundo sobre al “permanencia”. Esta costumbre a ocasionado los principales quiebres denominaciones. La principal causa de divisiones en las iglesias pentecostales, no son problemas doctrinales, sino conflictos y diferencias irreconciliables en la cúpula.
La Iglesia no tiene holgura ética, existe la tendencia a expulsar a la gente talentosa, a aquellos jóvenes intelectuales que por pensar “diferente” son acusados de rebeldes y anarquistas. La falta de tolerancia, la incapacidad de resolver conflictos, el uso de la coercitividad como medio de censura, terminarán por fomentar los más grandes escándalos del futuro.
b) Las Indulgencias de la Prosperidad:
La indulgencia en el catolicismo consistía en la cual ciertas consecuencias del pecado (la pena temporal del mismo), pueden ser objeto de una remisión o "indulgencia" (del latín indulgentia: bondad, benevolencia, gracia, remisión, favor) concedida por determinados representantes de la Iglesia y bajo ciertas condiciones.
En la actualidad, las indulgencias subsisten en la práctica. Muchos vienen a la iglesia a hacer un gran negocio con Dios, y lamentablemente nos encontramos con los grandes corredores bursátiles, que transforman el Templo de Dios es una Bolsa de Comercio.
"Usted da $1 por causa del evangelio y $100 pertenece a usted, de usted $100 y reciba $1000, de usted $1000 y reciba $100,000. Se que usted sabe multiplicar, pero quiero que usted lo vea en blanco y negro y se de cuneta lo tremendo que es el 100% de recompensa.... De usted una casa y recibirá 100 casas, o de usted el valor de una cas y reciba 100 veces su valor. De usted un avión y recibirá 100 veces más el valor del avión. De uh carro y recibirá de recompensa de carros para toda la vida. En resumen, Marcos 10:30 es un buen negocio" (Copeland 1978, 54).
c) Similitud con la orden Episcopal del Catolicismo:
Al plantear este tema, quiero dejar en claro que esto no es una critica hacia una iglesia en particular o hacia una denominación determinada, solamente que he visto que en el catolicismo está el sacerdote que es quien tiene la última palabra y en el pentecostalismo está el pastor quien igualmente es el que tiene la última palabra en cuanto a la “parroquia” se refiere y la última palabra es la de la denominación en muchos casos y no la de la Biblia.
Existe algunas iglesias que se asimilan al catolicismo, ya que en el catolicismo es prohibido pensar y menos cuestionar. Y los disidentes, se les tilda de hereje y rebelde, ya que pusieron en duda la “infalibilidad” del pastor, pues el no se puede equivocar por que tiene la dirección de Dios. (No discuto que el Siervo de Dios tenga la Unción y la Gracia de Dios, pero si cuestiono la infalibilidad que muchos le atribuyen al pastor.) Últimamente estamos viendo que la inquisición ahora es pentecostal.
En algunas denominaciones pentecostales, la última palabra la tiene el Concilio, como en la iglesia católica la tiene Roma. También existe similitud entro los arzobispo de la iglesia católica y la posición de “monarca” que tienen algunos pastores del alto clero. En eso se puede ver el trato preferencial que se da en el Concilio a los pastores que se vanaglorian de tener una gran congregación numérica, menospreciándose aquellos que tienen una iglesia pequeña.
d) El Bautismo de los Niños como sacramento:
Según la liturgia de algunas iglesias cristianas, el bautismo de los niños es un santo sacramento, por ejemplo en el ritual de mi iglesia se le menciona textualmente y la cita que se lee, corresponde a San Mateo 10:13-14, de la versión Casiodoro de Reina (1569). ¿Si somos tan celosos, por que no la hemos actualizado a la versión 1960? ¿Hemos revisado meticulosamente el ritual para saber si realmente esta en conformidad con nuestra doctrina?
El origen del Bautismo de los niños proviene de la Iglesia Católica, ya desde el siglo XV, se utiliza la "infusión", que consistía en derramar agua sobre la cabeza del neófito y se acompaña de una invocación sacramental a las tres personas de la Santísima Trinidad. Este rito era muy importante dentro de la comunidad cristiana, ya que con dicho rito se purifican del pecado original y todos los habidos hasta ese momento. Pero el Bautismo de los infantes, nace en la antigüedad, ya que los padres de familia cristianos bautizaron a hijos pequeños porque se estaban muriendo y pensaban que irían al infierno, producto de la mortalidad infantil que era altísima. Hipólito (215 d.C.) y Orígenes (254 d.C.) defienden el bautismo infantil como si fuera una tradición dada por los apóstoles. Cipriano (258 d.C.) encuentra una razón teológica para el bautismo infantil: el pecado original de Adán.
Finalmente lo que comenzó como “bautismos de emergencia” se volvió la práctica regular en la iglesia cuando el Cristianismo se vuelve religión legal (313 d. C.) y luego oficial (391 d.C.) en el Imperio Romano. El Concilio de Cartago, dirigido por Agustín, condena a todo el que rechace el Bautismo Infantil. Martín Lutero daba gran importancia al Bautismo y creía necesario ministrárselo a los niños aunque lo ordenaba por inmersión total.
e) La función de la mujer dentro de la Iglesia:
Aunque no lo crean, la marginación de la mujer lo heredamos de la iglesia Católica. San Agustín de Hipona pensaba que la mujer sola por sí misma, no es la imagen de Dios. Para Santo Tomás de Aquino, está de forma natural sujeta al hombre, porque en el hombre predomina la razón.
Esta tendencia a interpretar las Escrituras a través del punto de vista de la filosofía griega alcanzó su máxima expresión con Tomás de Aquino, para quien "la virtud y la dignidad de la mujer es por naturaleza menor que la del varón". Para Aquino, esta carencia intelectual y moral de la mujer es la causa de que esté destinada por naturaleza a vivir bajo la dirección y responsabilidad de un varón y, asimismo, la causa de las tres reglas que el apóstol le manda guardar: silencio, disciplina y sujeción.
Por tanto, el hecho de que durante siglos las mujeres hayan sido relegadas de aquellos ministerios que implicaban el ejercicio de liderazgo, se debe a la influencia que ha ejercido una lectura sesgada de los escritos de Pablo, lectura basada en los supuestos de la filosofía griega y no en la Revelación. Un estudio cuidadoso del Nuevo Testamento demuestra que los ministerios y las posiciones de liderazgo eran ejercidos en función de los dones recibidos y no en función del sexo. Los testimonios acerca de Junia, Priscila, Febe, Evodia, Síntique, Trifena, Trifosa, Pérsida, o la receptora de la segunda epístola de Juan, demuestran que, en la iglesia primitiva, las mujeres tenían acceso a los mismos ministerios que los hombres.
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