La palabra “Pololo/a” se utiliza para designar al enamorado/a cuando se está en una relación de cierta formalidad antes del noviazgo. Este término proviene del mapuche “Pulomen o Pululu”, que es una especie de moscardón que zumba alrededor de las personas. Así se denominaba vulgarmente al coleóptero de la especie “Sulcipalpus elegans”, que solía revolotear por las noches cerca de la luz o de las flores.
De la asociación de ese “revolteo” del moscardón con la actitud de los enamorados al cortejar a sus ideales de compañeras, surgió el apelativo del “pololeo”. Igual como el moscardón volvía a rondar a la luz, tras haber caído encandilado, el enamorado siempre está dispuesto a acercarse una y otra vez a su posible conquista.
En Chile el término se ha adoptado con bastante exclusividad y es el equivalete a la denominación de “novios” en otros países latinoamericanos. Pero aquí, esta última expresión no se usa como sinónimo de pololeo, ya que “estar de novios” implica un compromiso más formal que refleja la etapa de compromiso previa a contraer matrimonio. En cambio, el pololeo no representa la intención concreta de llegar a contraer dicho vínculo.
La juventud cristiana y el pololeo
El área sentimental es un tesoro que Dios ha dado a cada persona, y se debe guardar como la joya mas preciada.
El joven tiene cuatro posturas a elegir, la primera es abstenerse y esperar en el señor, la segunda consiste en establecer una relación sentimental de acuerdo a los parámetros manifestados en las sagradas escrituras y la dirección del Espíritu Santo, la tercera postura es pololear sin restricción, fuera de todo orden y enseñanza y por ultimo nos encontramos con los acuerdos esponsales. Esta ves solo analizare la primera y la principal que es la abstinencia.
La abstinencia, la mejor postura por excelencia.
Muchas veces hemos escuchado que nosotros debemos guardarnos como joven y esperar en el Señor, o más bien que tenemos que cuidar nuestro prestigio y nuestra integridad. La pregunta que se nos viene a la mente es ¿ante quien tenemos que cuidarnos?, ¿Es ante Dios? ¿O debemos cuidarnos para agradar al pastor y a los oficiales de la iglesia? ¿Nos cuidamos para poder tener algún puesto relevante en la iglesia?
Todas estas preguntas pueden ser muchas veces contestadas afirmativamente pero el verdadero motivo es sin duda que nosotros como jóvenes debemos ser ejemplo en todo, y nuestra conducta debe estar a la altura de un verdadero hijo de Dios, útil para toda buena obra. Pablo dice en 1era Timoteo 4:16 “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
Dar razones que puedan convencer para que una persona decida esperar en el Señor se pueden contestar analizando las consecuencias del pololeo, ya que una persona que pololeo hartas veces en su juventud nos puede explicar las consecuencias que le trae consigo haber realizado dicha acción.
Consecuencias de convivir en una pequeña comunidad.
Desde que Dios sale a nuestro encuentro, nuestra decisión siempre ha sido servir a Dios todos los días de nuestra vida. Pero ¿donde serviremos a Dios?, generalmente la iglesia se transforma en un segundo hogar, sobre todo los jóvenes se relacionan más con la iglesia, tratan de buscar más al Señor y procuran estar en todos los Servicios de Reunión.
Como la iglesia local es una comunidad pequeña se empiezan a formar vínculos y lazos de amistad, que con el tiempo pasan a ser relevante e influyen en la convivencia de los hermanos. Por lo cual el morbo de la vida privada de cualquier persona pasa a ser noticia relevante para todos los miembros de la comunidad, por lo tanto es un interés de carácter general.
Entonces, si un joven se compromete con una señorita es lógico que la gran parte de la hermandad no este interesada en dicha noticia, pero es lo que vende. Muchas personas no tienen mayor problema por publicitar sus relaciones, ya que existen medios cibernéticos, como las redes sociales que potencian y complementan la recepción de información.
Facebook es la red donde se ha vuelto el diario de vida, la juventud relata todo, absolutamente todo lo que hace, con quien están. Es un reality virtual, es cosa de revisar unos pocos muros y ya nos enteramos de la vida de la mitad de la iglesia.
El verdadero problema comienza a ocurrir cuando esa relación llega a su fin, y no es tan fácil como eliminar de amigo de facebook y formatear la mente. Toda relación siempre quedara marcada en la memoria colectiva de hermandad, los amores terminan pero los ex permanecen.
Consecuencias en la vida matrimonial.
El mayor problema que viven los jóvenes catalogados “pololos”, lo experimentan una vez que están casados. Quizás podrá afirmar que “a mi esposa no le importara mi pasado” o “andar con hartas personas no han influenciado en mis relaciones”.
Muchas veces las malas decisiones se toman en la juventud y no perciben lo que pasará en el matrimonio, una persona casada siempre tendrá conflictos de parejas, y en esos momentos el enemigo utilizará toda su artillería para que se “saquen en cara” todas sus relaciones pasadas. Dentro del matrimonio siempre existirán dificultades y la Biblia lo dice: “Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar.” (1° Corintios 7:28).
Lamentablemente los pololeos pasados han sido la causa para que ocasione que muchos matrimonios fracasen o sea una vida conyugal de sufrimientos.
Consecuencia en la vida espiritual.
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos Espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos los unos a otros en temor de Dios”. (Efesios 5:18-21)
En Efesios 5:18, el apóstol Pablo hace una comparación entre el efecto del alcohol y el efecto del Espíritu Santo. Una persona que se embriaga con vino (alcohol) será controlada en todas las áreas de su vida. La persona pierde de sí misma y es el alcohol quién controla sus acciones. El producto de ser controlado por el alcohol es el descontrol y la contienda (disolución).
Como contraste, aquella persona que es controlada, "embriagada", o saturada del Espíritu Santo será una persona que dejará de ser su carne y será entonces el Espíritu Santo quién controle su vida. A diferencia de los resultados que produce el alcohol, el creyente que es lleno del Espíritu será un creyente en victoria, de santidad y servirá de edificación a la obra de la iglesia.
Como creyentes estamos llamados a vencer la tentación. En Santiago 1:12 dice: "Bienaventurado el varón que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman". Todos queremos la corona de vida, pero esta viene después que hayamos vencido la tentación. Para poder vencer la tentación tenemos que estar llenos del Espíritu Santo. Nuestra lucha no es carnal, es Espiritual.
El pololeo, en la mayor de los casos influye en el nivel del creyente. En 2° Timoteo 2:4 dice: “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.”
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