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Talca, Región del Maule, Chile
Me describo como un tipo común y corriente, sincero, humilde, auténtico, original, carismático, con sentido del humor, etc. Tengo mis ideas súper claras, en resumen creo ser una buena persona que no anda aparentado ser lo que no es. Soy una persona tan común y corriente como cualquiera de ustedes, con las mismas debilidades y errores. Al igual que la mayoría, también me cuesta orar y leer la Biblia, pero siempre hago el esfuerzo por intentar llevar una vida de integridad en obediencia a Dios. Mi vida es el ministerio y el ministerio también es mi vida, no podría separarlos jamás. Yo soy esto, soy un hombre común y corriente que sirve al Señor. La única diferencia con algunos otros, es que lo muestro, nada más. No trato de ser correcto, ni de hacerme el espiritual. En todo caso, soy espiritualmente normal.

jueves, 6 de octubre de 2011

Las cinco leyes de la venta


Existen cinco leyes llamadas "Las leyes de la venta": atención, interés, deseo, convicción y conclusión. ¿Las inventaron los vendedores? No. Ellos las descubrieron. Ellos descubrieron que hay una manera de provocar la actuación del presunto comprador. Jesús, por ejemplo, empleó estas leyes cuando habló con la mujer samaritana.

1) Atención:

El comenzó allí donde ella estaba, y atrajo su atención:
-"Dame de beber".
_" ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber? ...judíos y samaritanos no se tratan entre sí".

2) Interés

-"Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua vida".

Ahora sí está curiosa la mujer:

3) Deseo

_" ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ... no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo... ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo? "
-"Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna".

Ahora, la mujer está deseosa de obtener lo que Jesús le ofrece.
-"Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla".

Esa era una mujer de mala reputación. Tenía que ir al pozo a mediodía, cuando no estuviera allí ninguna otra persona. Los demás podían ir en alguna hora fresca del día. Así que ella estaba más interesada en no tener que ir al pozo, que en no volver a tener sed. Por esa razón, su interés aumenta.

4) Convicción

-"Vé, llama a tu marido, y ven acá".

Con esto, el Señor estaba tocando la misma herida del pecado. ¿Era necesaria la presencia del marido para que ella recibiera salvación? ¡Claro que no! Pero era necesario mencionárselo para convencerla de su pecado.

-"No tengo marido".
_"Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido".

Con esta afirmación, el Señor agregó una prueba convincente para que la mujer se convenciera de su pecaminosidad.

La mujer trató de evadir el tema de discusión: "Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar... ha de venir el Mesías... cuando él venga nos declarará todas las cosas".

Jesús se aprovechó de algo que ella dijo para volver al tema: "Yo soy, el que habla contigo".

5) Conclusión

Ahora la samaritana se enfrenta directamente con el Cristo vivo. Ella está a punto de hacer la decisión. Tiene que aceptarlo o rechazarlo.

Esa es una magnífica pieza maestra del maestro de los maestros ¿Podemos imitarlo? ¡Claro! El, por medio de la conversación llevó a la samaritana del lugar en que ella se encontraba al lugar en que El quería que se hallara.


La lección que aprendemos de la evangelización personal de Jesús es esta: “Debemos comenzar allí mismo donde está la persona que queremos evangelizar.”

Trascrito por Luis José

* Evangelismo Explosivo, Dr James Kennedy

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